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lunes, 13 de noviembre de 2017

La revolución en la décima cubana


Alex Díaz Hernández es neorrepentista, que es lo mismo que transgresor y cambiante. Porque el Neorrepentismo es una amalgama de la improvisación poética con otras manifestaciones artísticas, una apuesta por trastocar lo que convencionalmente se escucha en un guateque.

Se graduó de Termoenergética, pero nunca ejerció su profesión. Prefirió las letras y la narración oral. El hijo del célebre improvisador cubano Alexis Díaz-Pimienta tiene apenas 21 años y configura ya una carrera propia con otra forma de hacer décima cubana, más allá de la tradicional.

Junto a Diego Guerra Hernández y a Fausto Arnaldo Pompa, Alex dirige el proyecto La Resistencia, surgido hace poco menos de dos años. Este grupo apuesta por un arte revolucionario, pues además de la música, en el mismo escenario conviven la improvisación, la narración oral, el baile y el teatro.

Su peña habitual es en La Lucecita, en las periferias del municipio Playa en La Habana. El público que los visita está consciente de que verá algo distinto al guateque tradicional en cada presentación.

“Lo que me gusta es mezclar la improvisación poética con otras manifestaciones artísticas porque de eso va el neorrepentismo. La diferencia no radica en cantarla o no, sino en la banda musical que la acompañe, porque ya el laúd y el tres no tocan el punto guajiro, sino que ahora lo que se escucha son acordes de violines, chelo, guitarra, y el cajón flamenco; instrumentos que nada tienen que ver con los tradicionales. La idea es trastocar el oído a lo que convencionalmente está adaptado a escuchar, por eso incluimos el repentismo hablado, poco usado en lo guateques campesinos”, explica Alex.

Las nuevas formas de hacer arte puede causar ruido en el público, sin embargo La Resistencia ha logrado ganarse a sus propios seguidores.

“Hay muchas formas de hacer la décima cubana, pero solo se había hecho popular el punto guajiro. Las cátedras de repentismo de la décima improvisada en Cuba, han comenzado a enseñar la décima performática, ligada al neorrepentismo”, dice Alex, quien proviene de una familia de improvisadores. Así que la décima es parte de su ADN, como él mismo lo definió.

“El término neorrepentismo no me es ajeno, como tampoco lo es la improvisación. Crecí escuchando décimas cubanas. Mi padre es uno de los mejores exponentes de este género”, dice. Y muy cerca, en casa, tiene al maestro. “Mi padre fue el creador del término neorrepentismo, pero también he puesto lo mío; ahora estoy trabajando en controversias monólogos, en las que un mismo poeta hace los dos personajes”.

La improvisación requiere trabajo, mucho estudio de ejercicios y técnicas. Es más fácil aprenderla de niño, por eso este talentoso narrador se desempeña con soltura.

“Las palabras no se aprenden. Ningún improvisador tiene como meta aprender x cantidad de palabras por día, simplemente incorporas a tu vocabulario nuevos términos producto de la misma lectura”, aclara.

¿Y qué lee un improvisador?

-Yo leo de todo, poesía, ensayo. No puedes elegir solo lo que te gusta, porque cuando estás en escena no sabes sobre qué temas tienes que improvisar. El público te da palabras y personajes, después hay que unirlos todos en una misma décima. Hay palabras tristes que no tienen rimas, por eso no haces nada con aprenderlas de memoria, sino aprender a jugar con las palabras.

El repentismo puede ser una vía para ganarse la vida. En Cuba ha habido figuras reconocidas como El Jilguero de Cienfuegos. Pero pudiera ser distinto para alguien que está comenzando, como Alex Díaz Hernández.

“Gano algo de dinero, no lo que debería, pero por ahora no me preocupa. Escogí este camino, es lo que realmente me gusta hacer, quiero que la juventud conozca más la tradición poética nuestra, que no solo es Palmas y Cañas.

“El neorrepentismo rompe con los presupuestos anteriores sin dejar de ser tradicional. No he dejado de hacer décima tradicional, solo trato de enriquecerla. Y no me interesa cómo la gente me ve, simplemente quiero mostrar mi talento. No soy como mi padre y creo que nunca lo seré, porque él es un genio. Solo hago algo de su obra, pero desde mi óptica. Él también está seguro de que él es él y yo soy yo”.

Claudia Rodríguez González
On Cuba, 26 de junio de 2017.

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