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lunes, 26 de enero de 2015

Recordando a Reinaldo Creagh


Reinaldo Creagh Verane, la voz de la vieja trova santiaguera, a los 96 años, decidió decir adiós el domingo 16 de noviembre. Su edad no le impedía seguir cantando y bailando en España y otros países europeos, donde era más conocido y apreciado que en la isla, a no ser en Santiago de Cuba, donde nació el 9 de julio de 1918.

Con apellidos poco comunes -Creagh es de origen irlandés y canario y Verane debe ser italiano, aunque en internet no lo he podido confirmar- Reinaldo tenía 20 años cuando se inicia en la música con unos amigos, en el conjunto La Sonora de 1938. Luego integra la Orquesta Cristal, de Guantánamo, la Estudiantina de los Hermanos Puente y la Estudiantina Invasora, donde estuvo desde los años 60 hasta su jubilación, tres décadas después. Hasta que 1994 le piden formar La Vieja Trova Santiaguera, junto a Reinaldo Hierrezuelo, Pancho Cobas, Aristóteles Limonta y Amado Machado.

Considerado un maestro en la música y en la vida, en su discografía resaltan los álbumes Vieja Trova Santiaguera (1994), Gusto y Sabor (1995), Hotel Asturias (1996), La Manigua (1998), Dominó (2000) y El Balcón del Adiós (2002). Su único disco en solitario lo grabó en 1998, se titula Boleros de toda una vida y el periódico El País le dedicó una reseña.

En You Tube se pueden escuchar varios boleros, entre ellos Cómo fue, Contigo en la distancia, Piel canela, Nosotros, Vereda tropical, Nuestras vidas, Quizás, quizás, Dos gardenias y La vida es un sueño, de Arsenio Rodríguez (Matanzas 1911-Los Angeles 1970).

Jodedor, como casi todos los cubanos, a un periodista de El Mundo que le visitó en Santiago de Cuba, cuando cumplió 80 años, Creagh le dijo que era viudo, "pero libre como el aire que respiro". En esa ocasión, el reportero escribió:

-Tarda veinte minutos en cambiar la camiseta de dormir y el bañador por un atuendo adecuado "a todos los amigos de España". Cuando ya se siente como un pincel se calza la gorra, y dedica otros cinco minutos a recorrer los pocos metros que separan su habitación de la puerta siempre abierta de su casa. Sin embargo, el cigarro, un habano rebelde que se apaga de cuando en cuando, lo enciende con la rapidez y precisión de un cirujano.

-El humo sube hasta el techo de uralita, derretido por el sol santiaguero de las 10 de la mañana. Reinaldo, dueño de una voz prodigiosa y un carácter afable, vive con su hijo, su nuera y su sobrino en una casa humilde de un barrio humilde, rodeado de viejas fotos de bodas, cabezas de geishas de escayola y godzillas de plástico. En Frecuencia Rebelde suena música disco. En el patio, junto a un gran aguacate en flor, cuelgan unos vaqueros y unas bragas blancas.

-"La guaracha, el bolero, la rumba, la habanera... Son como bichitos que llevo dentro y de los que no me puedo librar", dice abriendo mucho los ojos. "Y por encima de todos, el son, la música campesina y silvestre que nació en los alrededores de Santiago de Cuba. El padre y la madre del ritmo cubano".

Tania Quintero
Video: Reinaldo Creagh y el Sound Project en El paralítico, canción compuesta en 1930 por Miguel Matamoros (Santiago de Cuba 1894-1971).

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