Google
 

lunes, 11 de agosto de 2014

Campo Florido



Eso es lo que significa en castellano la versión inglesa del apellido alemán Blumfeldt, que en Estados Unidos fue transformado en Bloomfield. Y ése era el apellido de un señor llamado Michael Bernard, que fuera amigo de Al Kooper, inspirador de la famosa banda Blood, Sweat and Tears: Sangre, sudor y lágrimas.

Nacido el 28 de julio de 1943 en Chicago, Mike Bloomfield era un muchacho judío que se ganó su puesto como guitarrista de blues entre los negros del South Side, como se hacía en los viejos tiempos: a puñetazos, fumadas de 'hierba' (marihuana) y tragos de Moonshine (whisky clandestino). Y claro, con el sonido muy especial de una guitarra, ya que sus habilidades atrajeron a los grandes entre los grandes como Muddy Waters, Herbert Sumlin, y Buddy Guy.

Rápidamente, noticias de su destreza guitarrística cruzaron el Atlántico y músicos como Eric Clapton y Keith Richards no tardaron en demostrar su admiración. Mike Bloomfield admiraba muchísimo a Peter Green, el dios verde, y se sentía privilegiado por la admiración de Clapton y Richards.

Entre los grandes, B.B King se quitaba el sombrero ante él, y Mike Bloomfield encontró un amigo cercano en Bob Dylan, que decía que la guitarra de Bloomfield vivía y era fluida, orgánica, y cuanta razón tenía. La afirmación viene tras la mayúscula sorpresa que se lleva Dylan al escuchar la versión instrumental de su clásico “Like a Rolling Stone” interpretada por Mike Bloomfield.

Al Kooper, gran guitarrista también, dejó libres las cuerdas para Bloomfield y se sentó al teclado del órgano, como dando lugar respetuosamente a quien consideraba un guitarrista excepcional con mucha razón. Bob Dylan quedo fascinado, y llevo a ambos músicos a trabajar con él como músicos de sesión y en algunos conciertos.

Se dice que amó intensa y secretamente a Janis Joplin. La cantante buscaba su compañía constantemente y también le dio un la oportunidad de tocar con ella en el Kozmic Blues, la banda que la secundaba en sus actuaciones en vivo. Maestros del blues como Taj Mahal, Stephen Stills, Johnny Winter y tantos otros, buscaban todo tipo de oportunidades para tocar con Mike. Nunca rehusó Bloomfield a descargar con sus amigos músicos ni en publico ni en privado. No buscó la fama, no le interesaba.

Siendo un individualista, Bloomfield no estaba demasiado interesado en formar grupos, le complacía muchísimo más ser un solitario. Actuar en solitario, y en su soledad consumir las drogas que serían su demonio particular hasta el día de su muerte en San Francisco, el 15 de febrero de 1981.

En los cortos años que duró su carrera, se puede escuchar una gran variedad en su vocabulario melódico, con un tono privilegiado que sacaba de una vieja Les Paul. Con Al Kooper tuvo una colaboración intensa y éste llegó a invitar a otros músicos de renombre a tocar con él, también con Paul Butterfield, y con su propia banda Electric Flag, que duró muy poco.

Lo que verdaderamente interesaba a Mike Bloomfield era el blues de la vieja escuela. Como bluesman vivió y como bluesman murió. Sus descargas fueron siempre legendarias y muchos músicos llegaban al extremo de no tener un compromiso en los escenarios o los estudios el día o la noche en que Bloomfield actuaba en algún lugar.

A los grandes gustaba decir que el chico, 'the kid', podría ser blanco, pero que cuando tocaba, los negros palidecían ante su música. Sus actuaciones terminaban siempre en un clímax donde las mujeres bailaban descalzas, lo mismo sobre una mesa, que sobre el mostrador de un bar, o los pulidos suelos de la pista de danza.

Bloomfield, ensimismado, solo se ocupaba de dar algo más al publico, más música para más baile. Perdido en sus fantasías , todo lo que Mike deseaba era que otros músicos le escucharan tanto como les escuchaba él. Del frenesí del rock and roll, pasaba a la melancolía del blues, y al soñar del estilo psicodélico. Todo quizás en la misma pieza musical.

Su estilo no dependía de sofisticados efectos, ni se disfrazaba para actuar. Llegaba, conectaba su guitarra, y se perdía en un discurso melódico que devenía como otra voz en el grupo. Su versión de Dear Mr. Fantasy le muestra como un genio de la improvisación que no solo cubre el clásico tema de Traffic, sino también incluye una línea de las armonías de Hey Jude, antes de lanzarse en un diálogo con el bajo y el teclado.

Todos los que hemos escuchado con atención a Mike Bloomfield podemos decir que uno de sus conciertos más esperados y mas exitosos, fue aquel en que se reúne con su viejo amigo Paul Butterfield, en el teatro Fenway de Boston. Los dos músicos llegaron a establecer un dialogo que solo se había visto antes en músicos de la talla de James Cotton y Muddy Waters.

La voz y la armónica de Paul Butterfield literalmente le hablan a la guitarra de Mike Bloomfield y se complementan, del mismo modo en que dos cantantes hacen un dueto, son ellos quienes prácticamente borran las líneas definitorias de la raza en el blues de Chicago, tanto como los albinos Johnny y Edgar Winter habían borrado las diferencias raciales en el blues de Texas.

Mike Bloomfield terminó sus días alejado de la música. Las drogas duras lo habían destruido. Se sospecha que hasta el capítulo final de su vida está envuelto en misterio: a pesar de haber aparecido muerto tras el volante de su auto, la cantidad de drogas que tenía en su torrente sanguíneo no le habría permitido jamás ni siquiera caminar hasta el automóvil.

Alguien lo subió aún con vida al auto y lo colocó tras el volante, donde murió de una sobredosis. Se dice que dos hombres de mal aspecto le buscaban en aquella época. Quizás se lo llevaron de este mundo, pero Bloomfield nos dejó el campo florido de su música, resultado de ese largo viaje que fue su corta vida.

Charlie Bravo

Foto: Portada de It's Not Killing Me el primer disco de Mike Bloomfield, grabado en 1969 en los estudios de la Columbia en San Francisco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario